Es dificil estar en Buenos Aires, estresa. Poco tiempo y mucho para hacer, para ver, para tocar. Hace una semana puse fin a los encuentros auto-celebratorios. Una mesa y un bar y mucha gente. A veces funciona, a veces no. Una sensacion de querer mucho y no poder. Corriendo siempre, con llamadas siempre pendientes, visitas apuradas, y en el medio trabajar, buscar botas abrigadas y en lo posible en punta, aplicar para mas fondos (para contribuir a un sueldito doctoral muy desmembrado) escribir una piece cinefila y butleriana que va linda pero que necesita tiempo y por las dudas siempre viaja conmigo en la compu. Y en medio del vertigo, cuando de pronto todo por alguna razon se retira llega la nada misma y entonces es inmensa. Como ahora, sola en un bar de Palermo, con compu y coca-light, en medio de un blanco total.