Parejas
Acá y allá leo la Lectora Provisoria. Flavia y Quintín son como Mónica y César con onda. Me gusta el cuadrito donde actualizan las novedades del día. Extraño sólo teóricamente a Abraham. No sé lo de Sarlo contra Macri, no estará bien acaso el vacío, la insurrección?
Ligeramente
Definitivamente raro. Nuevos enlaces, nuevos bebés y panzas (no solo de embarazos y no solo de otros). El regreso viene con preguntas que se empiezan a insinuar despacio y después caen como piedras sin pronóstico. Casita en UK y las carreras de ardillas parecen lejanas y, ahora, en el nuevo hermoso hogar casi palermitano, casi comunitario, casi hot-spot, todo parece ser posible otra vez pero distinto y con la heladera llena de postrecitos Ser (eran ricos de verdad). Willie, que dejó el cinismo hace tiempo, dice que es asi, que Buenos Aires son postales, muchas postales juntas y en cámara rapida, y hay gente, amigos y tiempo dedicado. Tal vez. De todos modos hay algo ligeramente desencajado, una sensación de estar sobrevolando, o tal vez espiando, cómo son las vidas que ahora corren tan por su cuenta y preguntarse cómo ser de nuevo. Es cierto, tanto todo no cambió pero .... Y también hay quienes están, saben y son para siempre.
Tiempos BA
El mood veraniego es definitivamente raro. Dolor de panza, no se si de nervios o de comidas navideñas. Muchos essays para hacer y que sobran tanto tanto. No quiero que se pasen tan rápido estos días.
Italian pics
Pueblos mágicos con gelatos y pastas y luces encendidas y desfiles y perros paseando dueños y doble medias y activador muy imprescindible y callecitas angostas como pasillos y papa noeles colgantes y Antonella y su desayuno con prosciuto di Parma y pomelo y más helados (porque son tan ricos) a la mañana y con frío polar. Y mitos por derrumbar. Firenze. Siena. Pisa. Veramente bella.
Performance theory
Cómo será el mood veraniego? No puedo parar de comer masitas indias mientras me hago la que leo.
Crónica de madre (la de F)
"Increíble el recital. The Police en toda su fuerza, espectaculares. Sting es increíble. River repleto, una puesta austera, sin excesos tecnológicos, pero atrapante. No se puede dejar de bailar ni un minuto, se pasa volando. Quiero ir de nuevo hoy!!! En cambio Beck no se sintió. Me parece que el sonido estaba mal, se escuchaba un empaste, no se entendía qué cantaba. No reconocí nada. El público estaba totalmente ajeno, como si fuera un don nadie. No dijo una palabra, no hubo ni un bis, pocos aplausos de cortesía en al campo vip y una retirada penosa. Una lástima.
Besosos, ma".
Lester' night fever
Salida un poco demorada y no precisamente por mi culpa (qué hogareño que se viene el post-masculinismo), enfilamos hacia un down-town en zona de riesgo bien entrada la medianoche: pubs que cierran, borrachos que ya están de vuelta, vestiditos mínimos, nunca una media (qué hablar de una doble), remeras blancas, nunca un ponchito, en fin, todo un clásico de provincia. Por suerte, queda algo abierto en una esquina liminal. Mojito, caipirinhia y Hoegaarden beer. Un inexplicable grupo de festivos españoles y argentinos buscando extremar las coincidencias y una escalera que conduce a un salón en el cielo: acaso una fiesta privada? No sabemos, no importa, hay baile. La pista está amablemente concurrida y abierta a desconocidos. Unos primeros movimientos tímidos, como ensayados desde un rincón, evaluando el terreno. Una pint más y todo circula mejor. Becoming childs, becoming others. Cada tema es una promesa renovada y un nuevo desafío y así se puede seguir para siempre. El tiempo no es nada hasta que la última elección del dj nos deja a los tres vacilantes y, según lo convenido, se empieza a emprender la retirada. En el salón, la queja es unánime. "Come on, don't go, don' t leave...!" y, la frase que resonará para siempre en nuestros corazones, "You are dancers!".
Todo x 0,99
Excursión a Birmingham, una verdadera ciudad shopping. Todo pero absolutamente todo está dispuesto para satisfacer la compra desenfrenada. La mismísima estación de tren desemboca obligadamente en un infinito mall vidriado de pasillos tentaculares, laberínticos que no dan respiro y hay que hacer esfuerzos imposibles para finalmente llegar a la calle... donde el shopping se continua solo que ahora a puertas abiertas, y donde una catedral medieval es apenas la escenografía ilusoria de una siempre más imperiosa fiebre navideña. Y las multitudes.... ! Niños, jovenes punks, chicas de pelos violeta, ancianos con doble trencita gris y señora coquetisima envuelta en pieles blancas de Cruela. Multitudes, dobladas por el peso de sus compras infinitas haciendo horas de cola frente a un toilet eternamente ocupado. En Victoria Sq., una enorme plaza con aire municipal, fuente y edificio señorial encontramos la feria alemana. Puestos de chicken, fries y deliciosos mushrooms, waffles, chorizos con salsas violentísimas, bananas bañadas en chocolate, cervezas belgas y lo mejor de mundo: hot wine con strawbery, caliente de verdad (sale humito), que viene en taza artesanal que se alquila o se adquiere por dos pounds y que de lejos parece linda pero después no tanto y que finalmente dejamos. Chocolates, quesos zambullidos en salamín, panes con tiritas y semillas, un Papa Noel que nos saluda desde un banquito. Pero volvamos a lo nuestro. Frente al monstruoso Tesco de dos pisos, P sugiere, promete, insiste. Pero no, no hay churrascos argentinos. Noche cerrada a las 5 de la tarde. Frío más que polar y sin doble media. Al borde del naufragio físico y espiritual, y a punto de tomar el tren de vuelta, una vuelta imprevista de un pasillo de mall nos enfrenta a nuestro destino: todo por 0, 99 pound. Una fiebre. Pura alegría. Los más atávicos deseos de consumo al fin liberados y circulando, corriendo, por las góndolas de ofertas imposibles, fuera de todo rubro. Resultados asombrosos. Abanicos chinos, galletitas en cajas-costurero, aceite de oliva, nescafe selección, autitos rojos, oso puppet, toblerones de free shop, canasto para la ropa sucia y muchos lápices de colores con highlighters y sacapuntas. Un corazón. Al final era cierto, Alexa. Birmingham, great shopping!
Criaturas
Se llama China. Tiene piel en lugar de pelo y es tan humana que puede dar impresión tocarla. Parece que en países lejanos criaturas de su especie eran usadas como bolsas de agua caliente. China llegó en avión de Buenos Aires para reencontrarse con los suyos. Ahora vive en Hammersmith, London West. Su familia la adora y hay un proyecto fotográfico que lleva su nombre.