Todo x 0,99
Excursión a Birmingham, una verdadera ciudad shopping. Todo pero absolutamente todo está dispuesto para satisfacer la compra desenfrenada. La mismísima estación de tren desemboca obligadamente en un infinito mall vidriado de pasillos tentaculares, laberínticos que no dan respiro y hay que hacer esfuerzos imposibles para finalmente llegar a la calle... donde el shopping se continua solo que ahora a puertas abiertas, y donde una catedral medieval es apenas la escenografía ilusoria de una siempre más imperiosa fiebre navideña. Y las multitudes.... ! Niños, jovenes punks, chicas de pelos violeta, ancianos con doble trencita gris y señora coquetisima envuelta en pieles blancas de Cruela. Multitudes, dobladas por el peso de sus compras infinitas haciendo horas de cola frente a un toilet eternamente ocupado. En Victoria Sq., una enorme plaza con aire municipal, fuente y edificio señorial encontramos la feria alemana. Puestos de chicken, fries y deliciosos mushrooms, waffles, chorizos con salsas violentísimas, bananas bañadas en chocolate, cervezas belgas y lo mejor de mundo: hot wine con strawbery, caliente de verdad (sale humito), que viene en taza artesanal que se alquila o se adquiere por dos pounds y que de lejos parece linda pero después no tanto y que finalmente dejamos. Chocolates, quesos zambullidos en salamín, panes con tiritas y semillas, un Papa Noel que nos saluda desde un banquito. Pero volvamos a lo nuestro. Frente al monstruoso Tesco de dos pisos, P sugiere, promete, insiste. Pero no, no hay churrascos argentinos. Noche cerrada a las 5 de la tarde. Frío más que polar y sin doble media. Al borde del naufragio físico y espiritual, y a punto de tomar el tren de vuelta, una vuelta imprevista de un pasillo de mall nos enfrenta a nuestro destino: todo por 0, 99 pound. Una fiebre. Pura alegría. Los más atávicos deseos de consumo al fin liberados y circulando, corriendo, por las góndolas de ofertas imposibles, fuera de todo rubro. Resultados asombrosos. Abanicos chinos, galletitas en cajas-costurero, aceite de oliva, nescafe selección, autitos rojos, oso puppet, toblerones de free shop, canasto para la ropa sucia y muchos lápices de colores con highlighters y sacapuntas. Un corazón. Al final era cierto, Alexa. Birmingham, great shopping!
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