Shopping de caridad

Cuando hay visitas, la ciudad se descubre de nuevo, con otros ojos. Ayer salimos con Coquita a pasear por el centro y Leicester, tan injustamente denigrada a veces, se mostro como un verdadero tesoro sin dueño. La mañana empezo con una reparadora clase de estiramiento en el YMCA de Leicester (a cargo de Sarah, rubia, esplendida, simpatiquisima y, al fin se descubrio el misterio de su acento incomprensible, verdadera working class) y siguio con algunas misiones especiales: celular nuevo para Coco, frutas en el mercado y shopping de caridad. Los charities de Leicester son insuperables. Ademas de las cadenas que se encuentran en Londres y todo UK, hay infinitos locales ignotos que escapan a toda regulacion y pronostico. La mayoria combina en cuidado desorden vajilla, carteras, ropa, libros, discos (algunos de pasta), dvd y videos (alguien comprara todavia esos mastodontes?), y un leve olor a musgo que se aprende a querer. La estrategia primera es la paciencia: no engolosinarse ante la primera remerita roja con vivos de lentejuelas y apuntar a la pieza unica. Help the aged fue el favorito del dia, una mision noble ademas, sin el sabor amargo de la lucha contra el cancer o la ayuda a la tuberculosis. En una de mis callecitas preferidas de Leicester y con vidriera delicadamente cuidada, nos regalo (nunca tan literalmente) una coleccion de hallazgos imposibles: pollerita vintage rosa palido con pequeños vivos a colores (1 pound), delicada camisa de seda ciruela transparente (1 pound), guantes de cuero negro, una reliquia (1 pound), almohada inflable para el avion (1 pound), camperita de plush marron, top ten en el outfit de la modernidad (1,5 pound) y una preciosura chaleco de gamuza y piel de cordero, exhuberante sin dudas, un poquito ceñido tal vez, casi un corset, pero como dejarlo atras? (1,5 pound). El desfile fue fuera del probador y con gritos de entusiasmo, un tanto desaprobados por la malhumorada gordita a cargo de la caja. Un exito total. Pero atencion: el charity es un viaje de ida. Un verdadero knock out a toda logica de intercambio de la sociedad post industrial. Despues, los coquetos locales donde toda prenda no baja de los 40 pounds y todo huele a nuevo despierta asombro y hasta nostalgia. Incluso una latte take away a 2 pounds es capaz de inspirar dudas.