Nomada

Dias nómades. Esperando el wi-fi hogareño, solo queda ir de bar en bar con mac a cuestas (no le hará mal tanto abrir y cerrar, umplug-desplug y cambiar de red ad infinutum?). Por alguna razon se volvió casi imprescindible estar conectada para poder escribir tres líneas seguidas. Como si la compu en funcion word anduviera solo a medias, un poco mudita. Luego de una mañana a pura furia de compras con Ari (la primera gran huesped de Alexandra-House), me dispuse para una jornada laboral intensa: Primero en Ice-mango (un cyber coffee machintosh style un tanto estudiantino pero con cancherisimos dueños que preparan una ensaladita por 2 pounds excusandose por la falta de variedad de verduras); y luego (horario nocturo, post 18pm) en Yates, un aristocratico pub esforzadamente cool, alfombrado de punta a punta, calefaccionadisimo, con mesa divina, pantalla gigante -por suerte soundless, diet coke a 99 centavos y suave musica ambiente claramente inspiradora de temerarias interpretaciones butlerianas. En la mesa de al lado, un manager brinda su insoportable trainning a dos nuevos empleados: What we have to bear in mind..., we should be aware that..., and so on and so forth. Las parrafadas de manager son extensisimas y cada vez más engoladas. Los otros, muditos. Casi tanto como mac sin wifi. El nomadismo empieza a mostrar sus encantos.