La vida sin Ser
No extraño tanto los postrecitos Ser. Ni siquiera los de banana split. Hay infinita variedad de sustitutos posibles. Y no, no es lo mismo --nunca lo es—pero son ricos igual. Mi preferido es el muller rice de strawberry. También hay de blackberry, de vanilla y de manzana. Son gigantes y salen 21 pee cada uno. El peligro es comerse cuatro por día. Sobretodo porque no son muy light que digamos. Acá no hay nada light de verdad, es todo natural, orgánico o low fat. Al supermercado siempre hay que llevar el poncho porque cerca de las heladeras hacen zero degrees (como Zidi!). Horas contemplando góndolas no venecianas y sintiendo mareo entre las opciones half price, buy 1 get 1 free, special offers y clearance. Y para ropa lo mejor es Primark. La mezcla perfecta entre Zara y Bachino (a precios Bachino, claro): vestiditos primorosos, chupines a lo loco (no mucho que envidiar al Levis millonario que adquirí con V en el Abasto), sweaters hiper esponjosos, pijamas de leopardo, pantuflas un poco chinas con florcitas, bombachas divinas a un pound con volados o lunares rojos (atención, chicas, se viene diciembre). Y hay mujeres vestidas de negro cubiertas con pañuelos negros que sólo dejan ver los ojos que se prueban abrigos… negros! También usarán bombachas con voladitos?
Accused
Fui acusada de violentar la gramática española omitiendo irresponsablemente acentos, puntuaciones y eñes. Fue parte de una pelea horrible con mi mac que se encaprichó con el teclado inglés. Creo que ya lo tengo resuelto. Mil perdones, L. No volverá a suceder.
Fui acusada de tilinga. Ay, Jls yo también te extraño!
Fui acusada de cosas mucho peores. Por suerte hay palabras privadas.
Por lo demás, ya se sabe: los blogs son frágiles monumentos al narcisismo.
From Goldsmiths Library ( ya soy official student, again and again).
Fabrico cuero
F adquirió una campera de cuero marrón increíble. No la vi pero me la imagino espléndida. A sólo tres pounds en el mercado de Hackney. Barrio que –dicen—supo ser peligroso. Qué será para ellos el peligro? Si hay más de esos hallazgos habrá que incursionar...
Hoy P me abandonó todo el día. Me cambió por un físico recién llegado de Harvard. Necesito que venga urgente a ver si podemos comprar mi celular rojo metalizado con su tarjeta de crédito. No tengo, nunca tuve y ahora parece que voy a tener (tarjeta). Sigue el ascenso social promovido directamente por The British Embassy.
Welcome party
Goldsmiths College, University of London. Hay una fiesta de bienvenida para los estudiantes internacionales que organiza el centro de estudiantes de la Universidad.Por suerte es sólo para los postgraduate: otra vez el fantasma de la tía de San Miguel. Con L, mi nueva amiga argentina que hace su doctorado en Sociologia, llegamos temprano. Es en el primer piso de unas de las multiples casitas que hay en el campus, una mini ciudad antigua en New Cross, un barrio con mayoría negra al sur de London. Por el campus, que también tiene su parte moderna, hay que ir siempre con mapita en la mano. Ya hay una cola atendible frente a la barra. Unos chicos-staff reparten vasos de plástico con vino de tres colores (hay que elegir uno), jugos y unos bocaditos para apilar en servilletas de papel: patas de pollo en miniatura que dan bastante impresion, nachos, manies y unas galletitas de salvado que van perfecto con el vino. Una banda de adolescentes toca en vivo algo que suena a jazz. Y para variar hay mucha gente linda. Everywhere. La tía, la tía. L me señala a uno que dice que es serbio y que parece ser casi la única persona adulta normal de la sala: no tiene piercings en ningun lugar visible ni pelo azul, es más tiene poco pelo pero elegantemente distribuido. Allá vamos. Doctorado en Ciencia Política, dos másters: uno en Relaciones Internacionales y otro en Politica Europea o algo así, hay mucho ruido y no se oye bien. No acuerda mucho con mi idea de incursionar en las clases del gym por 50 pee, tampoco con lo de la tía –je- y en cambio se maravilla oportunamente ante mis Marlboro 10 recien estrenados y traidos de BA. Simpático. En la cola para topapear vino me habla Hannah, una finlandesa encantadora (Doctorado en Cultural Studies) que viene acompañada por John, casi un niño, noruego creo, que va a por su doctorado en Antropologia. Aca todos hacen doctorados, parece que los masters son lo menos. Por lo menos elegí uno de nombre lindo: Critical and Creative Analysis. No habia en Drama Queen ni en Comedia romantica. Igual, el British Council eso no pagaba. Estoy en una charla animadisima con la finlandesa y su angel rubio sobre el lugar de la crítica?! o algo que no entiendo mucho pero que igual está bueno cuando L y Serbio vienen a avisarme que se van. Dudo pero voy con ellos. En la puerta encontramos a la Presidenta del centro de estudiantes. Rubia, flequillo monisimo, witty total y un savoir faire apabullante: 20 años como máximo. Su espeech de bienvenida fue puro brillo. Ahora está rodeada por su cuerpo de delegados - dos adonis modernos, uno rubio, otro morocho, cancherisimos ambos. Los tres tienen un año sabático para dedicarse a sus tareas de delegados gremiales. No fees, no cursada: gestión estudiantil full time. Otra que los chicos de Sociales, ejem. Ahora están relajados, sonrientes. Nos invitan a registrarnos en algo que hago sin dudar. Me quiero registrar en todo, digo. Ellos se retuercen de felicidad y nos recuerdan que el viernes se hace la feria donde habrá stands con todas las actividades extracurriculares gratis! que se puede hacer durante el term. Perfecto. Quiero un taller de pintura, yoga y espiar muchas clases de teatro. Nos vamos con el serbio y con L contentisimos. Todavia tengo en la mano el vasito de plástico con vino fosforecente. Me parece rico. El serbio dice algo en español y ahora resulta que habla como siete idiomas: serbio, ruso, italiano, francés, alemán e inglés. Dice que en Serbia es común, que lo único que hay para hacer es estudiar idiomas. Eso y hacer masters, claro. Serbio ríe y entra a la library a chequear mails. Yo no porque todavía no tengo mi id card.
Divinidades
Muchos animales. Las tic~tac de naranja también son. Me las regaló J para los momentos de crisis. Sólo me comí una.
Me gusta esto. Le da una emoción nueva a todo. Se vuelve más intenso, a veces demasiado vertiginoso.
El verbo
Topapear. Casi tautologico pero no menos imprescindible para la vida. Top up: poner credito en el celular. O resignarse a contemplar el subito desvanecimiento del mundo. La mision exige sortear dialogos imposibles con operadores que dictan codigos de letras y numeros por telefono a velocidad desafiante, 100 por ciento global: un listening comprehension aterrador aun para el mejor rankeado en el IELTS. Mision cumplida solo queda aferrarse al telefonito y esperar que el magic number (el unico destino con el que la conversacion es gratis pasado el primer minuto) haga contacto desde algun lugar de la ciudad. Y eso que para mi es todo de oidas, todavia no consigo ese esplendido telefonito rojo metalizado que vi en un local de Orange (miercoles 2 x 1 en el cine), divino, tan kitsch, listo para topapear con 10 pounds. I’m so popular that I ran out of stock. Decia un cartelito del local. Queres ser mi magic number? Ya te atrapare, angelito.
Lesson 1
En las escaleras mecanicas del tube hay que acostumbrarse a mantener siempre la derecha y a sostenerse fuerte del pasamanos infinito, a riesgo de perecer arrollada por los que vienen embaladisimos por la via rapida. Y con esos tacos?! Top hills y una habilidad asombrosa para colarse entre la gente sin perder un poquito de gracia y cargando con una valija de rueditas. Sera que las de ella ruedan de verdad, no como las nuestras…
Que lindo es tener skype!
Y Hugh?
Dificil, casi imposible y completamente agotador coordinar la delicada ingenieria de encuentros para el primer sabado de paseos por London. Solo pasadas las 6 logramos coincidir todos en una esquina de Notting Hill. Pero las 6 es tan tarde para the UK, incluso para el barrio que respira comedia romantica. "Tired of meeting Mr. Wrong", dice una remera colgada en un local primoroso que nos quedamos mirando extasiadas con N. La feria de Portobello ya se desarma y hay que conformarse con espiar los restos sucios que se guardan veloces en unas camionetas tipo flete y avanzar con animo encendido por la misma calle por la que se paseara Hugh Grant alguna tarde que no es esta y despues de algunas vueltas que lindan el ocaso o el sin sentido terminar amuchados en la mesa de un pub, frente a unas pints de cerveza y todo listo para reconocerse en una charla de mundial, debatiendo las maravillas u horrores recien descubiertos de unas papas fritas con vinagre.
Atras quedo la exhuberancia apabullante de Camden Town, una especie de Once super cool donde los punks bien sentaditos sobre un puente de paso obligado cobran en pounds por dejar fotografiar sus crestas fluo. DM logra capturar algunas escenas elocuentes (con palpitaciones pero for free) y todos nos vamos contentos al mercado de comidas etnicas, portaligas, panuelos palestinos, tachas, pipas de vidrio, pantys customizadas. Y todos, pero todos, son tan distintos.... Y no hay nadie que no tenga algo. Y entonces no hay mas que dejarse llevar de aca para alla, mirando todo con aire de provinciana boba --durara para siempre?--, sintiendose como poco desarmada, antigua, destribada y con menos onda que la tia de San Miguel.
Casita
La ventana mira a una iglesia que parece del siglo 25 AC aunque los numeros no cierren. Rodeada de pastos ingleses, en el medio de lo que se dice sera el futuro barrio cultural de Leicester y que ya se puede vislumbrar en unas espeluznantes y fastuosas torres hiper laminadas, hiper transparentes que conviven con edificios bajos de ladrillos rojos y macetas con flores y grandes espacios abiertos. A tres cuadras de un mercado de frutas y verduras donde desde hace 700 anios se venden manzanas, verduras imposibles, mangos y todos los nectarines que entren en un bol de metal. Todo a los gritos y todo por un pound. A la vuelta de la libreria de usados "The black cat" donde no hace mucho encontre “Never let me go” de Ishiguro a 75 pee y que por estos dias, ay!, esta con las persianas bajas. A media cuadra de Athena, una disco neonada que un viernes cualquiera se transforma en fiesta de toda la comunidad negra. Una boda, una boda! Justo enfrente de "Chez Paul", un barcito divino donde paran los obreros a almorzar y donde el mismisimo Paul me pregunta como me llamo, de donde vengo y casi parece contento de que haya decidido instalar mi pequenia oficina en su local, al menos hasta que llegue la banda ancha a casa. Ese es mi barrio desde hace cuatro dias. Queen Street. Lindo nombre, no? Una ardilla de cola esponjosa corretea a unos palomones gigantes.